No, Diógenes no tenía “Síndrome de Diógenes”
¿ES DIÓGENES EL DEL »SÍNDROME DE DIÓGENES»?
LA FILOSOFÍA DE LA AUSTERIDAD
Siempre bebo agua de una tinaja de barro, y esta actividad me recuerda inevitablmente al icónico Diógenes de Sinope, que vivía en una gigantesca tinaja de barro rodeado de perros -que de ahí que se le conozca como Diógenes el cínico- mientras exhortaba a Alejandro Magno que dejase de darle sombra,que quería disfrutar de un buen día soleado, mientras éste absorto por la austeridad propia del filósofo, lo elogiaba comentándole lo mucho que le gustaría ser como él, de no ser por la responsabilidad que conlleva el ser un emperador de su calibre.
Y es que todo aquel que se haya introducido mínimamente en la historia de la filosofía cínica, conoce bien estas apasionantes anécdotas, donde la realidad se vuelve tan solo cuestión de interpretaciones y planteamientos ideológicos, que no comprende el significado de las jerarquías, sino que prevalece por encima el abordaje espiritual, que es para todos el mismo. Esto es, una conjunto de preguntas que vienen de serie en la existencia humana, y que son planteables sin importar el dónde, o el quién.
La filosofía de vida de Diógenes, donde se le plasma como alguien que recorría las calles a la lumbre de una lámpara en pleno dia y aclarando que estaba buscando hombres honestos, donde no tenía
más que un par de objetos y utensiolios con los que iba y venía, entre los cuales figuraba un cuenco que abandonó el día que se dió cuenta de que podía beber con las manos, disponiendolas como si de un cuenco se tratase, nos pone en la tesitura de la extrema filosofía de la austeridad con la que comulgaba.
La cínica idea de la autosuficiencia es en él una huella indeleble. Alejándose de vidas lujosas y del derrocho, marcó su camino donde trata la virtud, como el mayor de los bienes. Su anticonvencionalismo que propone retornar a la naturaleza de las cosas es otra de sus señas de identidad
LA GRAN CONTRADICCIÓN DEL SÍNDROME Y EL CÍNICO
El síndome de Diógenes es bien conocido. Yo mismo he tenido la desagradable experiencia de vivir los estragos de alguien que lidia con ello. El recuerdo de las ratas deambulabando por doquier, del infinito polvo y de la gran cantidad de trastos, papeles y cosas inservibles que se iban acumulando día tras día en la casa de mi vecina del tercero estaba empezando a hacerse un hueco entre los famosos cotilleos del barrio. Sin embargo, la contradicción tan exagerada del síndrome con el filósofo es facilmente deducible, aunque aunque gran parte de la gente siga adjudicandole ésta práctica al filósofo, como si una representación de su estilo de vida se tratase, y nada más lejos de la realidad.
Sin embargo, he aquí la gran curiosidad:
EL SÍNDROME DE DIÓGENES SE BASÓ EN EL MISMO DIÓGENES DE SINOPE, PERO NO EXACTAMENTE.
Y es que cuesta creerlo, pero resulta que se le dió este nombre al síndrome debido a la necesidad que tienen las personas afectadas del mismo, de acumular cosas que creen que necesitarán en un futuro, basándose en el hecho histórico de que Diógenes siempre llevaba consigo las mismas cosas. El manto, el báculo, el zurrón y el cuenco, debido a que él sí sabía con certeza que necesitaría aquellos objetos en algún momento, a diferencia de las personas enfermas con el síndrome.
Sin embargo sí hay una similitud entre las personas afectadas y la vida del filósofo, la vida extremadamente huraña que viven y la necesidad de alejamiento social